Escencia

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domingo, 18 de mayo de 2008

"Un dia de desfile mas"

Cuando el Salesiano desfila Valparaíso Tiembla:

Valparaíso huele a lluvia, nubarrones amenazantes bajo un cielo otoñal, resuenan marchas a lo lejos, suenan bombos y tambores por los cerros y el plan. Una mezcla variopinta de colores iluminan el puerto oscuro y nublado: banderas, mamas, baquetas, uniformes limpios y Ordaz de estudiantes vistiéndolos y guardando su mejor pinta para este día.
Ha llegado mayo Valparaíso se apresta para una de sus mas antiguas tradiciones y que hasta hoy perduran. Se da por iniciado el desfile escolar 2008.
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Me declaro un porteñita fanático de mi ciudad y al ver las bandas me crea un torbellino de sentimiento, recuerdos nostalgia y madurez, es sentirme participe de esta tradición que he vivido casi de todos los ángulos posibles de vivir. Es emocionante ver que aun hoy en día me sigue emocionando y sorprendiendo. Es remontarme a mi niñez cuando me vestían y me hacían bajar a ver el desfile escolar donde sentado en la cornisa de la vereda veía pasara mis primos mayores caminando por las calles. Era escuchar y ver tambores, redobles que me hacían sentir la percusión de otra forma, tambores que soñaba en ese entonces tocar.
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Como deseaba crecer y poder desfilar y ahora que ya crecí y lo hice, solo añoro volver hacerlo.
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Para mi era un espectáculo llamativo y lindo, y es que el desfile en Valparaíso es mas que una tradición es toda una institución, una vez comentado con el Pancho tratábamos de buscar el porque, de esto. Ha de ser el monumento, que inspira orgullo, las calles angostas que hacen que retumben los tambores y provoquen un eco ensordecedor, es el ambiente festivo único de esta ciudad, es la rivalidad de colegios que se acrecenta con las bandas. En resumen es una multiplicidad de factores que a la vez hacen más único este encuentro. Y es que si te declaras porteño, no puedes serlo si no has desfilado o desfilaste alguna vez mis abuelos los hicieron mis padres lo hicieron yo lo hice y mis hijos lo harán.
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Es que es algo que solo la gente de Valparaíso entiende, es más a veces veo al Sebastián y el no entiende esto de las bandas y como ¡NO! si el vive en Santiago haya no se desfila mas que para el 19 de septiembre.
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Cuando entre al cole solo quería ser caja y entre a pito recién en 7mo. Estuve ahí hasta 2do medio cuando al fin fui caja, y fue lindo pero traumático, pero el destino me preparó la grata sorpresa de la compra de un redoble que tuve la suerte y placer de estrenar. Ya que ese siempre fue mi instrumento deseado. Como añoro esos días de marcialidad sacrificio y placer de tocar.
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Nunca olvidare el último desfile cuando vi. a mi primo gritar delante del monumento ambos fuimos redobles ese año y fue muy buen desfile. Redoble para la orquesta instrumental y hasta llore cuando tuve que pasar mi tambor al cual tanto me encariñe.

Al año siguiere vi. el desfile de afuera y fue distinto como que entendí por que Ordaz de ex alumnos sigue yendo y participando activamente del desfile. Uno se pone la camiseta por su ex colegio, se compromete y se acuerda de todo el esfuerzo sacrificio que era ser de la banda o desfilar también de los buenos momentos pasados ahí. Es cuando desfilan que se nota la presencia e importancia de la institución, al ver el sequito de padres, ex alumnos y gente que se acopla a la masa para verlos pasar en la calle. Hay que decirlo hay colegios y colegios se nota.
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Han pasado los años y hoy volví a bajar al desfile, hace 2s años que no lo hacia y mi mama fue la única que me quiso acompañar, todos hablan del Salesiano, pero yo quería ver a mi scuola, y la banda lo hizo bien vi. a mucha gente y sentí como ese cariño especial, y orgullo de haber pasado por esa banda, esa sensación de ser parte de la historia de un colegio Valparaíso, ya que participe de adentro de esta tradición.
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Vi a padre orgullosos y felices, profesores y ex compañeros y con mi madre no podíamos estar mas felices y comprometidos con la institución, si son tanto años que uno prácticamente se crió dentro.
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Pasaba la tarde y a scuola se alejó, pasaron mas bandas y pocas tenían tanta convocatoria y presencia, la cual crece en la calle y es llamativa, eso si habían bandas muy profesionales y de gran marcialidad.
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Al pasar las horas la expectativa ante el Salesiano se acrecentaba. Mi madre cansada me dejo solo en mi aventura marcial, y me fui al encuentro del Salesiano, en mi trayecto todas las bandas trataban de agrandarse ante el magno rival. La reconocida mejor banda escolar de Valparaíso y me atrevería a decir de Chile. Seamos francos no es fácil para cualquier banda pararse al lado de 50 cajas, 50 pitos, 3s bombos, 3s platillos, 3s redobles y una banda instrumental.

El cielo amenazante dejo caer algunas gotas y entre eso me fui a la Plaza Sotomayor, a punta de empujones vi. pasara 6 bandas entre ellas: El Ssrr, (otra banda con un gran sequito de ex alumnos) escuela de tripulante y la increíble banda de guerra de la Escuela industrial la cual ensaya todo el año parta esto en la caleta portales.
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Hasta que cuando empezó a llover el esperado Salesiano se formó.
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La plaza estaba llena, la lluvia mojaba el pavimento y entre tanta espera el colegio empezó a encajonar, una algarabía y griterío fue la previa al estruendoso inicio del encajonamiento. Salesiano se hace notar en Valparaíso y este lo respeta con un silencio sepulcral.
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El orgullo de sus instrumentistas, el esfuerzo de instructores y padres es recompensado en un increíble y muy ensayado encajonamiento, digno de tanta magnanimidad.
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Es que cuando el Salesiano desfila Valparaiso tiembla.
Rugue Salesiano, por estas calles porteñas que te han visto pasar por tantos años, este es el broche de oro, el mas esperado y se nota. Ha finalizado otro encajonamiento la plaza se vacía de un momento a otro y toda la gente comienza a marchar a su lado incluso yo que disfruto como un manjar musical lleno de colores y sabores instrumentales, la mágica orquestación de sus instrumentos, es tan increíble ver a niños chicos tan profesionales y tocando tan bien que me llego a emocionar.
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Camino al lado de cada instrumento incluso los de bronce para escuchar su misticismo marcial, el cielo también parece emocionarse ante dicho espectáculo y deja caer sus lágrimas.
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El desfile se da por finalizado yo emprendo mi camino, a casa guardando todos estos recuerdos y mezclándolos con los míos de antaño ahora solo me falta ser padre y ir a ver a mi hijo desfilar en ese momento y habré pasado por todas las fases pero para eso aun queda tiempo.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Son tradiciónes que se mantienen dentro de las instituciónes educacionales porteñas, en donde cada alumno tiene una persepción distinta de este evento, creo que de todo lo que escuchado respecto a esta actividad la mayoria ha vuelto por lo menos una vez a observar nuevamente el desfile desde la perspectiva de exalumno, ayudando y caminando junto a la banda de su colegio.

UN BESITO ÑUBIS!!!

" Porque los cerros quedan en silencio al sentir el sonido de las bandas que hacen retumbar a la ciudad".