Dicen que los sucesos están escritos, que las cosas que pasan tienen que pasar, por que todo acto suceso o desgracias tiene una consecuencia y razón de suceder, como existen personas que creen que la vida y los sucesos no determinan tu vida si no la forma en que lo asimilas. Si es que existe un excepción a esta regla, pues creo que puede que sea hoy.
El venía llegando de un día encañado y familiar a su casa a descansar, bajo un sol naranjo que ilumino y determino el día. La ciudad era una caldera y ardía por doquier, al caos vehicular suscitado por los cortes de luz, la mala señal de Internet y los camiones transitando por el centro de la ciudad, se le sumaban sucesivos brotes de fuego e incendios muy bien planificados por la parte alta de la ciudad, uno no conoce su entorno hasta que ha llegado a lo mas alto de la ciudad y razona que el centro que uno cree que es el centro no lo es para la mitad de la ciudad.
El fuego amenazante causaba estragos en las hectáreas lejanas a la urbanidad, no era un panorama alentador, pero alómenos tranquilo, uno nunca sabe cuando la cosa puede empeorar.
Al atardecer una leve y veraniega brisa comenzó a refrescar la oscura ciudad, esta inocente brisa suscitó el fuego cual animal desatado atravesó la carreta y comenzó arder las casa de la periferia. En eso un teléfono que no paraba de sonar, avisando que la casa de un familiar comenzaba a arder. ¿Como llegar? nunca he ido a ese lugar y es en la parte mas alta de la ciudad, sin pensarlo mucho se paró lleno una cantimplora de agua y salido fuera de su casa, un humo rojo se aproximaba y las cenizas ya no dejaban ver, tomo el primer auto que tuvo y a subir.
-¿Como llegamos?
-Sigue subiendo hacia el fuego, preguntando se llega a Roma
-¿Que referencia, tenemos?
-Paradero 7 cerro mariposa
A medida que subía toda la gente ayudaba con lo que podía, había una vista hermosa pero no había tiempo de disfrutarla, indicaciones vagas, tacos, fuego, humo gritos y desesperación, las desgracias sacan lo mejor y lo peor de a gente y todos trataban de aportar en algo. El cerro Mariposa ardía y los del cerro vecino miraban con asustados pero tranquilos, entre chispazos eléctricos, lluvias artificiales el auto no pudo avanzar más. En eso se bajo era hora de caminar, un grupo de metaleros armado con botos y poleras de “Iron maiden” se preparaba para la batalla. Vestido de negro se mezclo con ellos, entre sus arengas caminaron un buen trecho junto.
A estos los sigos.
- ¿Socios vamos al paradero 7?
- Te queda una cuadra socio
-Suerte con el fuego
-¿Que dios no acompañe?
El nunca había escuchado a metaleros religioso, ni mucho menos encomendarse a Dios, ya era suficiente símbolo para ver que las cosas ya andaban bastante mal, habia escuchado del fuego purificador pero nunca pensó que tanto.
Entre tumultos y barriales, ríos artificiales, la gente corría con lo podía cargar entre sus brazos, rescataban fotos, muebles, dineros y ropa en eso un niño abrazaba con toda su fuerza una caja con el juego "Guitar hero" quizás su bien mas preciado, ante el fuego que amenazaba su casa.
El fuego caprichoso como ninguno, no se dejaba amedrentar por la gente subiendo con palas, baldes, basureros que ahora servían para transportar agua y con lo que fuera para salvar sus viviendas, el viento cambio de curso hacia el cerro de enfrente, los que en un principio eran los espectadores ahora eran las víctimas agravio o suerte.
Comenzaron ver como ardían las casa de enfrente 1, 2 la siguiente predio tan rápido, que ahora ya eran 5 y no tenía como parar. Los bomberos instalados en un principio ahora se cambiaban de cerro y con tantas batallas en el cuerpo no daban abasto a tanta desgracia, entre llantos explosiones y balazos, 20 casa ardieron, siendo parte de la desgracia, no era su casa, pero al ver como desaparecían en el calor hizo suyo el dolor.
