Estoy en una oficina, blanca , apagada poco iluminada por días nublados entre cambios y acertijos la incertidumbre ha pasado.
Y es que no es un buen augurio que cuando haya un cambio presidencial el suelo tiemble con tanta rabia, las casa se caigan y la gente escape. Quizás el optimista es la persona que no se ha dado cuenta la gran cagada que estamos pasando, ¿y ahora que?. De la política me pase el rock, del rock volví sin querer a la política y ahora estoy preparando clases enseñando lo que aprendí hace meses mientras todos volvemos a la normalidad que no volverá.
Escuelas de rock, burocracia y rock el matrimonio perfecto entre la políticas y el rock quizás es el lugar, quizás haya mucho donde aprender, pues avancemos en un mar de especulaciones varias donde la gente continua trabajando aunque le hayan cambiado el jefe, aunque hayan muerto gente, aunque los días no existan y se trasformen en rutina.
En fin me gusta no saber el futuro y me abruma el porvenir, uno se hace de un nombre, de envidias y paranoias y solo nos quedan dos años para saber si los mayas lo achuntaron..
Por mientras esperamos.
por mientras trabajamos
por mientras cambiamos una vez mas
sembramos cosechamos y esperamos que nos contraten para tratar de normalizar la vida obstruida por un temblor que llego en el mejor momento cuando todos lo sabían que se venia un cambio.
