Escencia

Escencia

lunes, 25 de enero de 2010

Entregados

¿Por que tan lejos?

Por que hay mejor vista
¿Por aquí esta bien no?
Mejor donde la otra vez
ok

Subiendo por las curvas y rocas pasaron un cementerio, estaba oscuro pero la noche se veía tranquila y entretenida, la ciudad se perdía entre la carretera nueva y las gaviotas durmientes. Era el momento perfecto, se detuvieron a contemplar el mar mientras que del bolsillo con un cuidado casi milimétrico comenzó hacer un cigarrillo, la noche era perfecta para emprender un vuelo de risas y alegrías.

¿De donde sacaste eso?
me lo vendió un amigo
¿Est bueno`?
mejor cierrate los vidrios

Entre risas y nubes comenzaron a flotar, todo se veía y olía de distinta forma que lugar mas espectacular para flotar, la vida se hacia de colores y los pensamientos largos y difusos, la alegría es contagiosa y el auto comenzaba a incendiarse, triangularon sus cuerpos para que las palabras circularan entre ellos y ella quedo mirando la carretera, por si acaso.

-Los pacos

Cuantas veces habían dicho ese mal chiste, cuya gracia se perdió, quizás 20 quizás 30, quizás dos y un par mas en un mar de risas, no pescaron ni se percataron.

-Los pacos
-si claro

Todo fluía lento que no quisieron o no creyeron, el auto era humo interno y el lugar estaba perdido entre cerros ¿Como llegarían los pacos? A tan perdido lugar. Cuando noto que su cara se ponía de color rojo parpadeante en el espejo se percato que no estaba bromeando con las advertencias.

Los pacos, ¿Enserio?
y su cara se desfiguró

¿Pero como?
Trató de enderezarse, ya era tarde estaban idos, su vida paso ante los ojos, me van a desheredar, cague, me van ha arrestar, ¿Que voy a hacer? No me importaba nada me quiero bajar en medio de la nada, cague me entrego a la situación, su cuerpo entumecido por el miedo se le olvido como respirar.

Un silencio sepulcral seguido de una chicharra paralizadora era la antesala de la desgracia, habrán la ventana, el olor era tan potente adentro que estaban perdidos ¿Habrán visto el humo desde afuera? No puede ser estamos cagados. Los tres se miraron, uno saco un aerosol quizás de donde, otro se entrego a la situación y el otro no entendía que estaba pasando.

Segundo llamado de atención y el vidrio todavía no se bajaba. Del auto verde salió un individuo alto del mismo color y se paro al lado del vidrio cerrado, el tiempo se congelo por un instante que parecían años, era un momento donde la vida cambiaría en quizás que loca dirección.

Ellos estaban entregados y en el silencio, el individuo habló...

“Señores aquí asaltan, mejor váyanse del mirador a otro sitio, y con su tranquilidad parca volvió a su patrulla y partió en otra dirección..."