Escencia

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martes, 1 de marzo de 2011

Mi primer Terremoto

Lo que era un tema obligatorio de conversación de fin de semana ahora lo es de vida, por el solo echo de que todos vivimos algo al mismo tiempo.

Hace un año exactamente estaba como pocos durmiendo en mi segunda casa, en mi cabeza se dibujaban recuerdos de lo ultimo visto en le TV una mezcla de presentación de Arjona en el festival y la pelicula de 31 minutos. Viña estaba agitado entre la gente que regresaba a sus autos y mucha otra que se encontraba carretiando en el ultimo fin de semana del verano.

Cuando repentinamente comenzaron a caer las cosas y las sirenas a sonar pensé que era parte de la normalidad del entorno, no se cómo desperté de un exabrupto y me puse en pie levante a mi compañera quien no lograba reacionar con los movimientos del edificio. Cuando el tele se vino al suelo y los muebles cayeron sin respeto recien logró reaccionar, recuerdo que nos abrazamos debajo de la puerta mientras escuchábamos explotar los vidrios.

Era nuestro primer terremoto y cualquier cosa se podía esperar, mientras el edificio se tambaleva entre detonaciones varias, ella pensava en su gatito y yo no la soltava ni por un instante en esos eternos segundos del temblor por mas que fuera un cuarto piso parecía que este se venía abajo.

Cuando todo se fue a negro y destellos azules llenaban el cielo iluminado por una inmensa luna llena, supimos que esto era mas que un temblor, en el pánico que estabamos sumergidos bajo el estruendoso ruido de las sirenas mi novia bajo a buscar a su gato el cual apareció mientras esquivábamos el suelo lleno de vidrios quebrados, yo no dejaba de pensar en mi casa la cual debía yacer en el suelo.


No se como pero llego su hermana con su gato en brazos y su marido al lado con una radio de bomberos, él mas informado que nosotros nos ponía al tanto de la castástrofe que sucedían. No se de donde saco un auto prestado en cual tras mucha insistencia accedío llevarme a mi casa en valpo, me despedí de mi polola, su familia y gatos y nos embarcamos en la oscuridad de la noche en la odisea que era atravesar la avenida España.



Aun recuerdo el descontrol de los transeúntes, gente perdida y llorando sin rumbo, micros llenas y nosotros esquivando escombros por la estación recreo cuando dimos la vuelta hacia portales la Carcel flamante como nunca nos mostró su grandiosidad al ser el único lugar totalmente iluminado en los cerros, haciendole competencia a la imponente luna sobre el mar.



Vueltas y vueltas sin semáforos llegamos a mi casa la cual yacía intacta con mi familia adentro quienes me recibieron entre gritos y garabatos, ya era noticion este era un terremoto y su epicentro era en concepción.

Mi gato al verme me pidio comida el primer signo de normalidad de la noche, al cual abracé mientras esperabamos que amaneciera en la noche más larga. Ya no más historias del 85 ahora me tocaba vivir uno. Mi primer terremoto y en Chile, país más sismico del mundo uno puede decir que es chileno despues de haber vivido uno.



1 comentario:

Nando dijo...

eso de los gritos y garabatos te juro que me lo imaginé, la histeria entre julia y julieta debe haber sido épica!